Retrato de una viuda negra describe la energía viuda negra: una dinámica de control que nace de un patrón kármico y, si no se sana, puede anular la identidad del otro.
Este estereotipo puede presentarse en hombres y en mujeres. La energía viuda negra aparece cuando, buscando ser amado, quien la porta no sabe dar ni recibir Amor por incapacidad kármica y desconexión de la Fuente de Amor Divino, y toma ese Amor de quienes, por amor condicional y por contrato de almas, se lo entregan. Movidos por amor u odio —en definitiva la misma energía— activan cíclicamente ciclos kármicos abiertos: historias que se repiten a ambos lados del velo de la ilusión en el Eterno Presente.
Cuando el patrón kármico no se reconoce, el vínculo repite escenas y justificaciones que alimentan la ilusión de control.
Con frecuencia, quien porta la energía viuda negra no es consciente del daño que causa al reprimir y modelar a sus víctimas a su voluntad. Esa actitud oculta una gran inseguridad, miedo a la soledad y al abandono. Generalmente, la estirpe viene de familia: ¿a quién este Ego/Niño o Niña ha imitado?
Solo despertando de la ilusión, reconociendo el patrón tanto como víctima o como victimario, puede comenzar la sanación.
- La energía viuda negra suele acompañarse de un yang interno muy fuerte que no siempre se expresa afuera. Todos tenemos un hombre y una mujer internos. En este caso, la energía interna combina un hombre interno fuerte y una mujer interna débil, sea cual sea el sexo biológico. Este desequilibrio trae conflictos relacionales, más graves, cuanto más arraigado sea el patrón kármico; se repite en vidas del Eterno Presente.
Cuando el patrón kármico no se reconoce, el vínculo repite escenas y justificaciones que alimentan la ilusión de control. - La persona con energía viuda negra tiende a impotentizar a pareja, hijos o niños a su cuidado. Puede hacerlo mediante agresión o autoimposición, o de forma imperceptible con la Máscara de la sobreprotección. Paraliza “por amor”, impidiendo al otro expresarse, equivocarse y evolucionar. La sobreprotección fija el patrón kármico en el sistema familiar.Si el otro crece, debe hacerlo según el modelo que impone esta energía; de lo contrario, vivirá un campo de batalla. Aunque se adapte, no será feliz: responderá a creencias ajenas y no sabrá de dónde proviene su insatisfacción porque no se le permitió distinguir sus deseos de los del dominador. Energéticamente, su imagen es poderosa y seduce a los hijos afines a imitarla, repitiendo el patrón en la adultez.
- Cada viuda negra exalta un nicho referencial de valores. Organiza su vida y la de su entorno, y su poder crece cuanto más somete. Puede ocupar un falso rol de víctima —acaparando atención, paralizando con lástima y sumisión— o de autoridad que impone su voluntad. De un modo u otro, entrelaza su existir con el de los demás, impidiendo que vuelen del nido. Si soltara, su poder decaería.
- Lazos de sangre potencian este patrón. Quien intenta cortar puede sufrir rechazo social y culpa. Ante ese panorama, algunos aceptan el ahogo antes que la estigmatización. Parece la ilusión de “atrapado sin salida”.
- Para convivir en paz, muchos potencian su aspecto yin (pasivo o femenino). A veces de forma real; otras, con la Máscara del “haya paz”, tragándose lo indecible hasta enfermar o anular la personalidad. Sea como fuere, es aprendizaje kármico.
- En la infancia, tener un padre o madre así sensibiliza al niño. Como su personalidad está en formación, no puede resolver a esa edad y activa un contrato kármico secundario para más adelante. De adulto, recreará el hogar primario: por imitación o contradicción con sus progenitores, repetirá la historia hasta que se abra la oportunidad de sanar.
- Si el dominado no se somete, surgen conflictos. El hijo muestra a su padre o madre el Espejo de lo que no desea ver en sí. El ataque puede volverse mutuo y constante. Nacen mecanismos de defensa (rechazo, abandono, evasión, sublimación). El deseo de ser reconocido puede llevarlo a competir por la excelencia (estudio, deporte, religión) sin lograr la validación familiar. Si el patrón mental es la desvalorización, acepta agresión externa y se autoagrede (obesidad, trastornos alimentarios, adicciones), o busca el choque social (rebeldía, extremismo). Todo grita por aceptación.
- Si el padre es ausente (abandono, muerte o castración energética), a los hijos de la madre viuda negra les costará construir su imagen interna del varón. Las hijas pueden tener dificultades en sus vínculos con hombres por falta de modelos; según su propio mecanismo (dominar o someterse), reproducirán la energía materna. Los hijos pueden reforzar su mujer interna solo para ser amados por la madre; si no ceden y potencian en exceso su yang para compensarla, se bloquean y les cuesta recibir, afectando amor, dinero, trabajo u otros frentes kármicos. En muchos casos buscarán parejas que les ayuden a poner límites donde no pudieron hacerlo en casa.
- Estas dinámicas también pueden presentarse en parejas del mismo sexo —como en cualquier tipo de relación— y resolverse mediante trabajo interior, conciencia y límites sanos. No es un juicio moral: es la descripción de un patrón energético que se manifiesta en vínculos humanos diversos.
- Lo expuesto no es solo psicológico; también es energético. La energía viuda negra puede trasladarse a través de un miasma en el campo energético que la homeopatía asocia a la predisposición a la enfermedad: la psora. Su predominio facilita manifestaciones de desvalorización.
- En lo social, el patrón kármico adopta formas de autoridad o el de la versión “amor asfixiante” de la sobreprotección. Esta última es la más difícil de superar: se siente la asfixia, pero separarse de quien “tanto ama y cuida” despierta culpa. Para justificar la salida, suelen activarse excusas energéticas: disputas, cambios laborales que imponen distancia, embarazos, vocaciones que exigen partir del hogar, etc.
- En parejas donde domina la energía viuda negra y hay agresión física, psicológica o energética, la relación amor–odio activa en la víctima el mecanismo de crisol, enfermando hasta desear desaparecer para escapar de la ilusión. Los golpes o gritos son “caricias energéticas” para un Ego/Niño sensibilizado desde pequeño a ese modo de vincularse.
- La energía viuda negra suele generar enfermedades por desvalorización en quienes son susceptibles: asfixia cuartodimensional (alergias respiratorias, asma, bronquitis, neumonía), deseo de volverse invisible (vitíligo), de ocultarse o afearse (acné crónico, manchas, psoriasis), de protegerse (obesidad), etc. Si el vínculo se profundiza, puede desencadenar enfermedades kármicas (p. ej., cáncer si limpia ira; enfisema si hay asfixia kármica y llanto no vertido).
- Cuando la víctima por fin se separa, la culpa por “abandonar” a quien la “amó” puede cronificar el cuadro. Inconscientemente, si era pareja, revive el abandono de la madre o el padre por segunda vez.
La energía viuda negra está presente en todos los seres humanos en mayor o menor grado. Disolver la ilusión, perdonar al otro —porque por su nivel de evolución no pudo actuar de otra manera— y perdonarse por haber amado según lo que se creía posible, libera. Respetemos nuestra energía multidimensional y nuestro propio espacio–tiempo. Estamos en un universo kármico.
Nombrar el patrón kármico, poner límites y pedir ayuda son pasos prácticos de liberación.
La salida efectiva está en el trabajo interdimensional. Con técnicas de perdón, la energía regresa al tiempo una y otra vez en un planeta que vibra en 4D. Debemos prepararnos para el retorno de la Diosa: hombres y mujeres, volvernos receptivos. Si no equilibramos yin y yang, no habrá equilibrio. Solo en equilibrio la Ascensión es posible; esta es una faceta de lo mucho que queda por aprender. Tomar consciencia es el primer paso; el siguiente es hacer algo para sanarse.
Según la Elfología —ciencia de los Seres de la Naturaleza—, los cuentos de hadas nacen de relatos para entretejer psiquismos dañados. La energía de las viudas negras se relaciona con la de las hadas. Las arañas también tejen, pero para atrapar. Tal vez, cuando por libre albedrío se desee sanar y trascender la ilusión, hombres y mujeres con energía viuda negra aprendan a tejer ilusiones luminosas para atraer un buen futuro que, desde 3D, parece escurrirse.
Que el Espíritu nos guíe siempre.
Con Amor Incondicional
Brinda Mair
Publicado 05-12-2003 — Actualización 24-11-2014
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