Recitar el Padrenuestro en arameo es una experiencia. Es el eco más cercano a la voz original del Maestro Jesús cuando enseñaba a orar, no desde el rito, sino desde la intimidad con lo sagrado. Decir “Abwûn d’bwaschmâja” es como tocar la raíz sonora de una enseñanza viva, donde cada palabra vibra como un manantial.
El arameo no fue elegido por azar. Fue la lengua cotidiana, del alma, del hogar del Maestro Jesús. Una lengua redonda, sin rigideces, que respiraba con la gente. Por eso, al recitar esta oración en su idioma original, no se busca exotismo ni precisión histórica. Se busca resonancia. Se busca volver a la frecuencia en la que esa enseñanza fue sembrada por primera vez.
Cada palabra aramea del Padrenuestro es más que un término: es un contenedor de imágenes, gestos y sentidos ocultos. Lo que en castellano se traduce como “venga a nosotros tu Reino”, en arameo se escucha como una corriente de vida que desciende y habita. Lo que nombramos como “perdónanos nuestras ofensas”, allí es una danza de equilibrio y liberación mutua. Cada línea no informa: transforma.
Recitar el Padrenuestro en arameo, la voz original del Maestro Jesús, es meditar desde el corazón, abrir una grieta luminosa en la repetición, permitir que el misterio tome forma sonora y penetre la mente como un soplo. No se trata de rezarlo perfecto, sino de dejar que resuene en el cuerpo como una vibración original. Una oración que no se impone, sino que despierta algo que estaba dormido.
Para quienes aún dudan, es importante aclararlo: Abwûn d’bwaschmâja no es árabe. Es arameo, la lengua cotidiana de Jesús. Fue el idioma que hablaba con su familia, con sus discípulos, con la gente en los caminos. Esa frase, que suele traducirse como “Padre nuestro que estás en los cielos”, está cargada de cercanía y ternura. Es la manera en que el Maestro enseñó a dirigirse a lo divino, desde el alma y no desde la distancia. Comprender esto es parte del reencuentro con la esencia.
Es también una forma de recordar sin palabras lo que nos fue dicho antes de llegar aquí. Cuando las palabras se cargan de sentido y dejan de ser ruido, se convierten en agua. Y esta oración, en su versión aramea, es una fuente que aún canta.
Que el Espíritu nos guíe Siempre
Brinda Mair
El Padrenuestro en arameo se conserva en transliteración fonética, ya que la pronunciación original de la lengua hablada por Jesús no puede conocerse con certeza.
Abwûn d’bwaschmâja
Nethqadash schmakh
Têthê malkuthakh
Nehwê tzevyanach aykanna d’bwaschmâja aph b’arha.
Hawvlân lachma d’sûnqânân yaomâna.
Washboqlân chaubên wadhtahên aykana daph chnan shbwoqan l’chaijabên.
Wela tachlân l’nesjuna
Ela patzân min bisha.
Metol dilakhie malkutha wahayla wateshbukhta l’ahlam almin.
Amên.
La traducción del arameo al español, (sin la interferencia de la Iglesia), nos muestra cuan bella, profunda y verdadera es esta oración, acorde con el Maestro Jesús.
El Padrenuestro en ARAMEO:
Es de esta oración que derivo la versión actual del «Padre Nuestro», la oración ecuménica de ISSA (Jesucristo).
Ella está escrita en arameo, en una piedra blanca de mármol, en Jerusalén / Palestina, en el Monte de los Olivos, en la forma que era invocada por el Maestro Jesús. El arameo era un idioma originario de la Alta Mesopotamia (siglo VI ac), y la lengua usada por los pueblos de la región.
Jesús siempre hablaba al pueblo en arameo.
La traducción del arameo al español, (sin la interferencia de la Iglesia), nos muestra cuan bella, profunda y verdadera es esta oración, acorde con el Maestro Jesús.
«Padre-Madre, respiración de la Vida,
¡Fuente del sonido, Acción sin palabras, Creador del Cosmos!
Haz brillar tu luz dentro de nosotros, entre nosotros y fuera de nosotros.
Para que podamos hacerla útil.
Ayúdanos a seguir nuestro camino
Respirando tan solo el sentimiento que emana de Ti.
Nuestro Yo, en el mismo paso, pueda estar con el Tuyo,
para que caminemos como Reyes y Reinas
con todas las otras criaturas.
Que tu deseo y el nuestro, sean uno solo,
en toda la Luz, así como en todas las formas,
en toda existencia individual, así como en todas las comunidades.
Haznos sentir el alma de la Tierra dentro de nosotros,
pues, de esta forma, sentiremos la Sabiduría que existe en todo.
No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas
del mundo nos engañe, Y nos libere de todo aquello que impide nuestro crecimiento.
No nos dejes caer en el olvido
de que Tú eres el Poder y la Gloria del mundo,
la Canción que se renueva de tiempo en tiempo.
Y que todo lo embellece.
Que Tu amor este solo donde crecen nuestras acciones.
¡¡¡Que así sea!!!
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