La estrategia El Espejo nos recuerda que los humanos somos Espejos. Todo lo que ves fuera está dentro de ti. Elige reconocerte en el Espejo de los otros para aprender de ti mismo.
Los espejos han tenido, a lo largo de la historia humana, un aire de misterio, considerados puertas interdimensionales hacia otros universos, hacia el pasado y hacia el futuro.
“Espejito, espejito, ¿quién es la mujer más bella del mundo?” ¿Cuántas veces escuchamos esta frase en el cuento infantil de Blancanieves? También Alicia, en El país de las maravillas, atravesó un espejo para visitar otros mundos(1).
Se dice que Nostradamus miraba en un espejo negro para escribir sus famosas cuartetas. El arte adivinatorio con cristales, espejos o superficies de agua fue utilizado por muchas culturas para intentar ver el futuro.
Nuestros magos de salón, con sus trucos de espejos, evocan los tiempos en que el Arte Antiguo de la Magia reinaba y Merlín y los magos “verdaderos” existían. También utilizaban espejos, pero no de la misma forma.
La actual Magia Wicca rescata el rol de las mujeres conocedoras del Arte Antiguo, que practicaban la Magia Natural y centraban su culto en las fuerzas de la naturaleza, utilizando el espejo como símbolo de la Diosa del Sol.
Pero, ¿qué es lo que el espejo muestra? ¿Qué buscaba la madrastra de Blancanieves en él? Ella había sido, durante muchos años, la mujer más bella del mundo, hasta que Blancanieves tomó su lugar. Lo que la madrastra ignoraba es que, cuando la belleza física se desvanece, aflora la belleza del alma y la sabiduría. Lo penoso sería no haber trabajado por ellas, quedando sin lo uno y sin lo otro, intentando reemplazarlos con cirugías o con la ilusión de una juventud eterna. El espíritu del espejo no miente: refleja la realidad física y revela la verdad objetiva.
Curiosamente, lo que nuestra sociedad llama lentes “objetivos” captan la imagen y la invierten; nuestro ojo también la invierte y la devuelve al cerebro en tres dimensiones. Si la lente es objetiva pero invierte la imagen, y nosotros la percibimos invertida para reconstruirla, ¿será nuestra percepción subjetiva? Si el mundo físico es una imagen objetiva, producto de mi subjetividad, al cambiar mi enfoque interno, mi realidad externa también cambia. La imagen del mundo físico reacciona a mi imagen interna.
Aplicando este razonamiento, los seres que nos rodean actúan como nuestros Espejos: son la imagen objetiva de nuestra subjetividad. Representan nuestra realidad interna reflejada en el mundo externo.
Las Leyes Cósmicas se cumplen inexorablemente en todo el Universo. La Ley de Polaridad enseña que lo aparentemente distinto es energéticamente igual, y que lo igual atrae a lo igual. Así, atraemos a quienes vibran como nosotros, en positivo o negativo, pero con la misma energía. Lo que atraemos a nuestra vida, bueno o malo, es la imagen externa de nuestra realidad interna: vemos fuera lo que tenemos dentro.
Si no compartiéramos la misma energía que el otro, no lo atraeríamos kármicamente: seríamos invisibles a esa vibración. El otro intentaría mirarse en nosotros, pero no hallaría reflejo. Así, desecharía el Espejo por inservible.
Cuando tenemos un cuerpo físico necesitamos vernos en el Espejo para corregirnos. Lo igual atrae lo igual, pero como no lo vemos dentro, lo necesitamos fuera, fuerte y claro, reflejado en los otros.
La madrastra de Blancanieves no fue la excepción. Lamentablemente, no le gustó mirar lo que el espejo le mostraba, como nos ocurre a todos. Si dejamos de reflejar la energía del otro, el Universo se reacomoda y nuevos Espejos aparecen para continuar nuestro aprendizaje. Porque de eso se trata la vida en 3D: aprender de nosotros mismos a través de los demás. Es el modo en que Dios aprende de sí mismo, apropiándose de su Creación, para que, al final del Juego, rindamos cuentas de los talentos que nos dio(2).
Brinda Mair
Fragmento del capítulo 3: “Estrategia del Juego: El Espejo” del libro “Conexión con el Alma – Abandona el Laberinto”.
Autora: Brinda Mair – Ed. Kier
(1) LONEGREN, Sig; “El poder mágico de los laberintos – Mitos antiguos – Usos modernos” – Ed. Martínez Roca – pp. 102-105.
(2) Parábola de los talentos – Mateo 25:14-30.






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