En el Cuarto Domingo de Adviento se enciende la ultima vela de la corona de Adviento, la de color morado, celebrando el anuncio de la pronta venida del Mesias Niño en Maria.
La lectura del Cuarto Domingo de Adviento se centra en la visitacion de Maria a su prima Isabel esposa de Zacarias, quien reconoce en el vientre de Maria al Mesias.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amen.
LECTOR: Alegremonos porque el Señor esta cerca de nosotros y viene a traernos la reconciliacion. Encenderemos la cuarta y ultima vela de nuestra corona. Que este simbolo nos recuerde la proximidad de la venida del Señor Jesus, que viene a traernos alegria y esperanza. Iniciemos la oracion de esta semana cantando MORADA DE LA LUZ (u otro canto apropiado).
Celebremos unidos a la Virgen Maria, porque estabamos ciegos y nos dio a la luz el dia, porque estabamos tristes y nos dio la alegria.
1. Mujer tan silenciosa y encumbrada, ahora mas que el sol, recibes en tu vientre al mismo Dios, al que es tu Creador.
2. Lo que Eva en una tarde misteriosa buscando nos perdio, Tu, Madre, lo devuelves florecido en fruto salvador.
3. Tu que eres bella puerta del Rey sumo, Morada de la Luz, la puerta nos abriste de los cielos al darnos a Jesus.
LECTOR: Lectura tomada del Evangelio segun San Lucas 1, 39-49:
En aquellos dias, Maria partio y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Juda. Entro en la casa de Zacarias y saludo a Isabel. Apenas esta oyo el saludo de Maria, el niño salto de alegria en su seno, e Isabel, llena del Espiritu Santo, exclamo: «¡Tu eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quien soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oi tu saludo, el niño salto de alegria en mi seno. Feliz de ti por haber creido que se cumplira lo que te fue anunciado de parte del Señor».
Maria dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espiritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miro con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamaran feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mi grandes cosas: ¡su Nombre es santo!»
LECTOR: La presencia del Señor Jesus entre nosotros nos llena de gozo y alegria. Es la Madre quien nos lo hace cercano, quien permite que esa Luz llegue a nosotros e ilumine nuestra vida. En compañia de Santa Maria encendamos la ultima vela de nuestra corona de Adviento mientras cantamos.
(Una persona enciende la cuarta vela mientras se entona el canto que se propone a continuacion o uno apropiado).
Hoy se enciende una llama.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.